"Discipulado
y misión son como las dos caras de una misma medalla: cuando el
discípulo está enamorado de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo
que sólo Él nos salva (cf. Hch 4, 12). En efecto, el discípulo sabe que
sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro"
(Aparecida, 146)
Los Esperamos!!!